47 años después del fin de la sangrienta dictadura, los muertos del cementerio están de fiesta mayor.
47 años ha tardado la democracia en sacar al sanguinario Queipo de Llano de la basílica de la Macarena en la que estaba enterrado con honores, Basílica que, recordemos, fue construida de 1941 a 1949, bajo la dirección de Queipo, quien sería su “padrino”.
Miles y miles de personas asesinadas recaen sobre las espaldas de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, marqués de Queipo de Llano, muchas de ellas siguen a día de hoy en alguna cuneta o barranco.
La persona que se jactaba de fusilar a rojos y maricones, también animaba a sus hordas asesinas a violar a las mujeres de los milicianos rojos para demostrarles “lo que son hombres de verdad”. Pero la verdad era otra, la verdad es que desde antes incluso del inicio del Golpe militar, ya estaba planificada una represión, castigo y asesinato de “rojos”, dirigentes de izquierdas y sindicalistas que fuese ejemplarizante, y que causase el máximo terror al enemigo, palabras del general Mola, jefe de las operaciones del Ejercito del Norte y Director del fallido Golpe de Estado que daría inicio a la Guerra Civil.
Una lástima que a Queipo lo hayan echado de la Basílica con nocturnidad, en lugar de proclamar a la luz del día, alto y claro, que este es un país democrático y que a los fascistas asesinos no se le rinden honores. Aun así, nos congratulamos de su retirada, a pesar de que su pestilencia perdurará durante años en la Basílica de la Macarena.
No podemos olvidarnos de recordar y homenajear a todas las víctimas de este infame asesino, se ha hecho una pizca de justicia a todas ellas. Sigue sin localizarse el lugar del asesinato y entierro de Federico García Lorca, del cual no hace mucho escribimos unas líneas de recuerdo. A todos los Federicos: https://www.cgtaytozar.com/a-todos-los-federicos/
Poco a poco, pasico a pasico, se va reconociendo el valor y la entrega de aquellas personas que lucharon por la democracia, la justicia y la libertad, pero no esa libertad con la se llena la boca la extrema derecha de hoy, la libertad de tomar cañas, sino la LIBERTAD CON MAYÚSCULAS, la libertad en la que todas las personas son iguales, sin títulos, ni noblezas, ni derechos de linaje, ni derechos de pernada.
Son muchos los fascistas que siguen manteniendo honores en este país, y en Zaragoza no vamos a ser menos, tenemos mucho trabajo por hacer. Recordamos la reciente pantomima en la que a dos compañeros de la CNT les intentaron enjuiciar hace pocos meses por retirar las placas fascistas de las fachadas de los edificios de esta ciudad.