Entrar a trabajar por la cara…
George Orwell, en su novela 1984, retrata una sociedad donde todo el mundo es controlado por el estado mediante el espionaje y las cámaras. Cada vez son más la cantidad de cámaras que se instalan por todos los lugares tan sólo por el bien de “nuestra seguridad”. Como sociedad capitalista que somos, una de las seguridades de nuestra sociedad, es garantizar el beneficio empresarial, y el neoliberalismo lo lleva al control de los puestos de trabajo mediante cámaras. Así pues, el fichaje y control de la presencia en el trabajo, cuyo fin es sacar a la superficie las horas extraordinarias y jornadas abusivas a las que someten al personal contratado algunas actividades como el comercio o la hostelería, supone una reacción del empresario haciéndolo con la instalación de cámaras, que con la excusa de la seguridad del personal o la vigilancia ante los robos, suplanta el control de las personas responsables sobre la plantilla, en lo que no es otra cosa que la constatación de la desconfianza en los propios cuadros de mando. Me contaban el otro día las dependientas de un mercado, que les obligan a fichar a la hora estipulada y que vuelven al tajo para hacer la limpieza de las máquinas y del puesto como si no estuviesen ya en el centro.
Una de las cosas que contiene la dichosa Instrucción de gestión y control de calendarios es la posibilidad de fichaje “por la cara” o por huella digital. Es decir, el uso de datos biométricos como es la imagen de nuestra cara o nuestras huellas. El uso de este tipo de datos biométricos de las personas, está considerado como desproporcionado ya que existen muchas otras modalidades de registro de la jornada que no hacen uso de este tipo de datos, que de hecho, están contemplados en un artículo a parte en la Ley Orgánica de Protección de Datos.
CGT se opone totalmente al uso de este tipo de datos. Hemos estado este tiempo realizando las consultas legales oportunas antes de registrar nuestra postura negativa al uso de dichos datos por la desproporcionalidad de su uso. De hecho, si poseemos una tarjeta de empleado municipal que no podemos dejar a terceros, por ser identificativa, como el DNI, no alcanzamos a comprender el alcance de una medida como esta. Una empresa que implanta un nuevo método de fichaje, podría proponerlo como alternativa aunque es claramente contrario a derecho y se desestimaría por la agencia de protección de datos, como ha ocurrido en algunas que lo han pretendido, pero en el caso del Ayuntamiento, con herramientas que ya identifican correctamente al personal municipal parece no ya desproporcionado, como decimos, sino absurdo. Adjuntamos la petición registrada hoy mismo.