Muchas gracias, compañeros y compañeras bomberas.
Las últimas semanas habéis puesto muy arriba el pabellón del orgullo de clase. No sólo por el desempeño de vuestro trabajo, que vuestros compañeros y compañeras saben que sí es de bombero, sino por la entrega y profesionalidad. Porque a pesar de los turnos maratónicos en los que descuentan el tiempo de acceso al incendio, a pesar de la mierda de comida que os ofrecen y la escasez de agua en unas condiciones climáticas de despeño extremas, seguís ahí, luchando contra el fuego, jugandoos el tipo. No importa que los fascistas digan que luchar contra los incendios es fichar parados para destruir el bosque con azadas y desbrozadoras durante el invierno. No importa que digan que los fuegos los apagan los ganaderos, a pesar de que en Galicia y Cantabria son quienes los provocan mayoritariamente. No nos engañan los medios cuando solo hablan de la UME y magnifican su labor dejando la vuestra y vuestra profesión en el olvido. No importa que digan que los incendios los provocan los ecologistas y se combaten con un ganado que se come el futuro de los bosques en forma de plantones y arbustos. Porque quién es trabajador o trabajadora, sabe que los charlatanes nunca van a estar apagando un incendio, pasando largas horas a temperaturas y condiciones infernales ni comiendo un mísero bocadillo casi de pan con pan. Tampoco estarán preparando los bocadillos que los responsables políticos no velan para que se os suministren, o dándoos ánimo y agua como sí hacen aquellos que han visto peligrar su casa y su paisaje. Los que os han visto sufrir.
Sois fuertes, como el bosque. Sois parte del bosque. Como los retoños de las coscojas, o carrascas, como los pinos que nacerán de las semillas dispersadas en el incendio brutal, vuestro ánimo no desfallece demostrando al mundo entero el orgullo de pertenecer a la clase trabajadora. Gracias por luchar con riesgo de vuestras propias vidas para que los bosques sigan siendo un lugar de reserva biológica, semilla de futuro de nuestra biosfera. Demostrando con orgullo, que mientras el fascismo miente y envenena aprovechando el shock, incluso a aquellas personas cuyos montes y hogares hoy habéis salvado, los que defenderéis del fuego mañana, al mes que viene o al año que viene, el espíritu libre de la clase obrera que corre por vuestras venas os llevará de nuevo a luchar con solidaridad por el patrimonio de la humanidad entera, pues los bosques no entienden de comunidades, provincias o municipios. Ellos, como nosotras y nosotros, no conocen las fronteras. Las fronteras, las mentiras y el mangoneo es patrimonio de quien vive de ello y de los medios de comunicación a los que apesebran. ¡Gracias por existir!. Gracias por el trabajo de ayer, y por el de mañana. ¡Gracias!.