AZCÓN, UN ALCALDE MARXISTA
Habrá quien piense que el titular es irónico, pero nada más lejos de mi intención. El alcalde Azcón es un marxista al estilo de Warren Buffet cuando dijo: «Hay una guerra de clases y los ricos la estamos ganando», pero es que además el señor alcalde está contribuyendo a ello de una forma muy diligente.
Repasemos algunos hitos de la gestión del alcalde. Suspende la ejecución de obras en colegios públicos que son de titularidad municipal y al mismo tiempo ofrece suelo público gratuito para que se construyan centros concertados. Asimismo ofrece el programa de actividades extraescolares que aspira a llegar a los 1,4 millones de euros a esos mismos centros que por regla general seleccionan a su alumnado básicamente en función de la clase social. La escuela concertada pertenece fundamentalmente a la iglesia que es base social de Azcón.
El alcalde despotrica contra el estado de finanzas del ayuntamiento (todo político lo hace cuando llega a un gobierno). Al mismo tiempo se gasta 400.000€ en iluminación navideña para favorecer a los comerciantes del centro, que históricamente han formado parte de su base social. Al poco de llegar también tiro por la borda el proyecto de línea 2 de tranvía a pesar de los espectaculares resultados cosechados por la línea 1 (100.000 usuarios diarios), otra vez el problema de la herencia: problema, que no supone problema alguno, para hacer una nueva Romareda a beneficio de una entidad privada, cuyo máximo accionista es el multimillonario César Alierta.
Tampoco tuvo ninguna dificultad para desatascar planes urbanísticos con una modificación del PGOU a la carta: ahí están Torre Village o la autorización de la construcción de 200 pisos más en Averly.
Operaciones que generarán pingües beneficios a los dueños de los terrenos, que tengo entendido que no son currelas de la Opel, ni repartidores de Glovo.
A la vista de los ejemplos expuestos me parece evidente que Azcón tiene muy claros conceptos marxistas como superestructura o el color de las luces de Navidad, estructura o ¿quién se queda con el trozo más grande de pastel? Y por supuesto lucha de clases. Naturalmente él lucha por la suya.
Azcón usa el poder para defender los intereses de la base social a la que representa, o lo que es lo mismo está haciendo que los suyos tengan más trozo del pastel a costa de que los no suyos tengan menos.
Pura lucha de clases. Puro marxismo.
Alfonso Alegre. Economista, Profesor y afiliado a la CGT