El certificado de profesionalidad. La otra “estampita”.
No sé si alguno o alguna recordaréis aquello del timo de la estampita. Un timo en el que una persona que simulaba tener una discapacidad psíquica mostraba un fajo de billetes a un incauto que pretendiendo aprovecharse de la situación, le compraba el sobre con los billetes para después descubrir que eran recortes de papeles. Una pareja de “estafadores”, uno el que simulaba vender billetes de verdad y un “gancho” que actuando como un ciudadano cualquiera, terminaba de convencer al individuo objeto de la estafa de lo provechoso de la situación y la enorme suerte que ha tenido.
En las nuevas bases para procesos selectivos para personal de oficios, se pretende que se incluya como requisito el “certificado de profesionalidad”. Según la ley, para acceder a ser personal de oficios mediante oposición a funcionario, nivel C2, la formación a exigir es el título de E.S.O. o equivalente. Para C1, sería necesario Bachiller o equivalente. Si el certificado de profesionalidad se equiparase a algo, sería a la formación profesional, y este sería el lugar, no las oposiciones a nivel C2.
Para certificar que en un proceso se seleccionan profesionales, ya se establece, dentro del proceso de selección de personal, una prueba práctica. Si tras superar esa oposición el personal seleccionado no cumple con los objetivos, el problema no se soluciona pidiendo una “estampita” al personal opositor, sino ajustando la prueba práctica a lo que se desea contratar. Si no les gusta como seleccionan al personal, que hagan sus deberes en las pruebas prácticas. Es un problema de tribunales. Parece. según lo que se manifiesta desde los responsables de seleccionar al personal, que el tribunal no tiene “certificado de profesionalidad” para seleccionar personal, y se lo exigen a quien no tiene la obligación de presentarlo.
En esta situación, CGT no va a ser el “gancho” que convenza a los opositores que la exigencia del “certificado de profesionalidad” en las bases es algo legítimo. Porque en este caso, tan sólo se trata de una “estampita”. Los “ganchos”, tendrán que buscarlos en otras secciones sindicales. Y los opositores… a hacer lo que proceda con las bases.