El despertar de Natalí.
Natalí es una dragona cuyas cenizas se encontraban en las entrañas del edificio del Ayuntamiento, en el palomar, allí donde una vez moraron los sindicatos, como Quasimodos en un campañario. Los ecos de lo que ocurre en el Ayuntamiento, que está siendo devorado por la Nada encarnada por el neoliberalismo, le han hecho resurgir de sus cenizas tras cientos de años de letargo, como ocurre con el ave Fénix. Asomada a las ventanas, ha observado una ciudad diferente de aquella que un día conoció. Para poder visitar al personal municipal e informarse, ha necesitado la ayuda de la Emperatriz dela mistriosa tierra de Ton-To-Land, Sandalia Zueca, hábil jinete de dragones, que la conducirá a través de la ciudad para visitar al personal municipal. Será la Emperatriz quien traducirá las palabras de Natalí.
Hoy, Natalí ha visitado en primer lugar las Secciones Sindicales que se hallan en las mazmorras del palacio de Kociudad, donde los duendes de Flurbi recaudan algunos impuestos a la ciudadanía. Están próximas a lo que fue un antiguo lugar de rezo y aprendizaje de magos capaces de lanzar hechizos sobre el agua y el pan. En este lugar es donde se fraguó el texto del acuerdo que dio origen a la Nada. Ya ha desaparecido el antiguo pacto, apareciendo en su lugar el acuerdo de la Nada, firmado por una minoría y para una minoría. Un poderoso hechizo neoliberal lo hace parecer mejor para la mayoría. Es misión de la dragona Natalí y de su jinete, la emperatriz de Ton-To-Land, evitar que el convenio colectivo para el personal laboral desaparezca devorado por la Nada, como le ha ocurrido al antiguo pacto del funcionariado. Mientras haya personal municipal que crea en un mundo mejor, será posible derrotar a la Nada. Viendo que aún hay esperanza tras la negativa a la firma de CGT y CCOO, Natalí se lanza en su campaña. Tras una breve visita, ha alzado su poderoso vuelo perdiéndose entre las nubes no sabemos hacia que lugar.
La emperatriz de Ton-to-land, armada con una poderosa hamburguesa como escudo y un churro como espada, conduce en estos momentos a la dragona Natalí hacia las diferentes dependencias municipales donde informará al personal municipal de la forma en que se afrontará la defensa del convenio colectivo para el personal laboral contra el poder devorador de la Nada. La nada, que ya ha reducido a ruinas el pacto del funcionariado, ha mercantilizado los derechos ofreciendo dinero por ellos y sujetándolos a condiciones. Hemos perdido el pacto porque no es necesaria una mayoría que lo apruebe. La lucha ha sufrido del mal conocido como flojerío sindical, que tras un año de convalecencia, ha acabado con hacer morir al pacto. Contra el convenio, la Nada se apoya también en el flojerío sindical para apoderarse del Convenio Colectivo, pero mientras el flojerío sindical esté en minoría, hay lugar para la esperanza.
CCOO y CGT se han mantenido firmes y no han firmado la pérdida de derechos para el personal municipal. La Nada, pretende reducir a ruinas también los derechos del personal laboral municipal, así como los de los patronatos y organismos autónomos, que se acogen a él… pero a CGT, no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo, está creciendo en este instante y ahora también, en los corazones de la mayoría del personal laboral.
Salud y acierto Natalí…