EL PACTO CALAMAR, MUCHA TINTA Y POCO AVANZAR
El señor concejal recriminó a esta sección sindical “no haber hecho los deberes” al no haberle aportado una plataforma. El señor concejal no es nadie para decir a CGT que deberes debe de acometer, cuando el parecer de esta sección y de la Inspección de Trabajo, hay aún trabajo que realizar como jefe de personal y responsable de la aplicación de la prevención en el Ayuntamiento. CGT tiene elaborada su plataforma y la documentación necesaria para defenderla, como siempre hace cuando va a una reunión a defender los intereses del personal municipal, incluso el de los técnicos que asisten a estas reuniones como “parte” de la empresa. Lo que ocurre, es que CGT no tiene complejo de inferioridad. No aporta plataforma de convenio simplemente por el hecho de que el señor concejal tampoco va a aportar la suya. Es sencillo y recíproco. Pero CGT no va a decir por ello, que el señor concejal no hace los deberes. Hace lo que legítimamente decide que debe hacer. Esto implica respeto a la otra parte, cuando decide hacer lo mismo. Como el señor concejal está dispuesto a cambiar la redacción del pacto, no partimos del texto anterior, sino de una redacción particular del señor concejal, lo que hace que a diferencia de otras ocasiones, a las plataformas elaboradas por la sección sindical se une otra que propone la parte de la empresa, y por eso la diferencia con otros procesos anteriores. Es por ello, que lógicamente, no se hace entrega de la plataforma previamente.
No vamos a realizar asambleas para hacer pública nuestra plataforma de pacto porque nunca se han hecho, y tampoco vamos a hacerlo ahora, a pesar de encontrarnos cerca de las elecciones. Es fácil elaborar una carta a los reyes magos, mostrarla al personal, entregarla al señor concejal, pasarla a sellar a las demás secciones sin dar tiempo a que la estudien y así decir que no la apoyan. CGT no va a hacer esto. Las propuestas a la plataforma de CGT, se recogen siempre a propuesta de la afiliación y se defienden, pero en la negociación, existen más partes y elaborar una plataforma nunca supone que ésta se contemple en su totalidad. De hecho, ni siquiera podemos pretender la perfección de la misma, ya que puede ser mejor alguna propuesta de cualquiera de los que se sientan a negociar que la que lleva como punto de partida CGT. Pretender que las demás personas que componen la mesa de negociación no pueden aportar nada sería un ejercicio de orgullo además de irresponsable. Sabemos que algunas de nuestras propuestas no son aceptadas por la empresa, pero sabemos también que otras no son aceptadas por los agentes sociales, por lo que la defensa de lo que piensa cada sección sindical o la misma empresa será legítima para cada parte. Como siempre, cuando se sustancie el texto, la firma de CGT al mismo, se debatirá en asamblea de afiliación para cerrar el procedimiento de decisión basado en la democracia directa que practica CGT, a diferencia de aquellas partes que practican la democracia representativa y que no defienden este paso final para sustanciar un acuerdo.