Gracias al concejal, veranito con calcero invernal.
Algo malo ha debido ocurrir. Este año, la situación en deportes es extremadamente rara. Con la ropa de trabajo, hemos sufrido un proceso tedioso, innecesario y que finalmente ha resultado sorprendente según constatamos por lo que nos manifiesta alguna persona. Comenzamos hace meses, con la entrada de las nuevas personas contratadas eufemísticamente calificadas como “acúmulo de tareas” para hacer tareas que no se han acumulado, sino que son las mismas de siempre. Como había problemas con la ropa, hablamos primero con el servicio de Instalaciones Deportivas que ya hacía mas de un mes que las reclamó a vestuario. Una vez comprobado que el Servicio de Deportes había hecho su faena, quedó preguntar al de vestuario. Tras un intercambio de mensajes de mail sin resultado claro, en los que no se contestaba a lo preguntado, CGT decidió pedir que el señor responsable de vestuario compareciese en el comité de seguridad y salud laboral, así además de las preguntas que CGT pudiera plantearle sobre la ropa, otras delegadas de prevención podrían hacerlo a su vez. Y de paso, le preguntábamos sobre la fotocopiadora que habita en los sótanos del seminario. Lo de la fotocopiadora era para aclarar si lo que dijo el concejal Mendoza, que se habían hecho 2.00.0000 de fotocopias, era información que se le proporcionó de forma errónea; o se trató de que alguien se hubiera saltado el dictamen de prevención que había decidido la parada de la fotocopiadoras hasta su correcta puesta en marcha, cuando las condiciones de seguridad laboral se pudieran respetar.
En el citado comité de Seguridad y Salud, la persona designada por el servicio de instalaciones deportivas comunicó las fechas de entrega de la ropa. No podía hacer nada más. Quizá si Alfonso Mendoza hubiese atendido la petición de CGT para que el señor Conejero compareciese en el comité de seguridad y salud, al ser interpelado, hubiese dicho que junto a las camisetas de algodón y pantalones cortos se iba a añadir un flamante par de botas de invierno. Allí se podría haber aclarado que: o bién no es entrega de ropa de verano, o bién si se ha de dar calzado, lo correcto son los zapatos. Se hubiese podido decir algo a quienes preguntan. Hoy, algunas personas manifiestan haber recibido las botas de invierno… ¿Es esto una broma?.
Se pidió desde la sección sindical la ropa de verano explicitando que atendía a una determinada situación laboral, que era la de estrés térmico. O hay alguien desubicado de hemisferio, (pronto llegará el invierno al hemisferio sur), o simplemente alguien tiene muy mala leche.