Hace calor, decía la canción.
Hoy hemos sabido que Inspección de Trabajo ha cerrado una oficina de correos por calor. Al punto de la mañana ya había 32 grados. Eso significa que, a lo largo del día, la temperatura se situaría en umbrales más que tolerables. https://www.revistarambla.com/paralizado-el-trabajo-en-una-oficina-de-correos-de-barcelona-por-estar-a-32-grados-en-su-interior/
Hoy colgamos esta noticia, porque es más relevante de lo que parece, y porque seguro que va a despertar la crítica de algunas personas que cuando salga la noticia en las redes van a decir “más calor paso yo”. Y es cierto. Y recordamos que cuando las personas “autóctonas” de Iberia ya no toleramos el calor, no tenemos problema en meter a los invernaderos a “personas de tonalidades más oscuras”. Esto no es nuevo, y se llama egoísmo, cuando no envidia. Sin que estos sentimientos no se hubiesen expandido ampliamente por nuestra sociedad, no estaría triunfando la ultraderecha como lo hace. Soluciones sencillas a problemas complejos.
Hemos oído que el gobierno habla de ajustar el aire acondicionado a 27ºC. y la razón es que la legislación laboral, establece esa temperatura como el umbral máximo de temperatura en los puestos de trabajo. No puede poner que se apague el aire acondicionado. Aquí es donde surge el comentario de ¿y yo que trabajo en la calle que hago?. Pues la respuesta es sencilla. Se pide a la empresa un protocolo de actuación frente al estrés térmico que su servicio de prevención podrá elaborar. Esto lleva el problema de tener que pedir a los empleadores que cumplan la ley y den la cara, en vez de hacer un comentario carente de rigor o de signos de haber sido pronunciado por un ser inteligente en las redes o en el bar. Ahí entra el tema de la cultura sindical.
Nuestro cuerpo es una máquina diseñada por años de evolución. El ser humano evolucionó en África, en climas con temperaturas elevadas. Por ello, tenemos un sistema de refrigeración muy eficaz que es la sudoración. Somos botijos con patas. La evaporación del sudor, resta temperatura a la superficie corporal de modo que se evita el incremento de la misma en el interior de los órganos y el colapso de los mismos. Debemos recordar que si nuestra temperatura corporal es de unos 36,5ºC, leves incrementos, como el situarnos por encima de 39ºC, que es cuando tenemos fiebre, supone un riesgo importante para la salud. El cuerpo y su mecanismo de sudoración trabajan bien a la intemperie. No podríamos habitar en los desiertos como sí hacen determinadas poblaciones. Otra cosa es producir un trabajo. Comoquiera que en el exterior no es posible decretar el máximo de 27ºC para trabajar, es necesario establecer protocolos para hacerlo de forma segura por encima de esas temperaturas. Teniendo en cuenta que es más fácil termorregularnos a la sombra de un árbol que en el interior de una oficina o un almacén, podemos juzgar con mejor criterio el valor de la temperatura máxima en los centros de trabajo. Así pues, cuando desarrollamos trabajos en el exterior, lo primero es valorar el horario de desempeño de dichos trabajos, si es o no necesario realizarlos en determinadas franjas horarias, ya que de ser necesario, las medidas preventivas a adoptar, serán más elevadas. Puesto que el calor nos va a producir sudoración, es fundamental rehidratar el cuerpo, y esto requiere hacerlo con criterios preventivos, y no de si tengo sed o no. Con la edad, estos avisos del cuerpo son menos eficaces y cuando se realiza esfuerzo físico la sed no es suficiente para reponer la pérdida de líquidos. El trabajo se desempeñará en turnos cortos con otras personas, permitiendo descansos a resguardo del sol y procurando, siempre que sea posible, que esos trabajos se hagan con sombra, disponiendo lugares bajo toldo o similares. En resumen, que la observación a hacer ante noticias como esta, es si nosotros tenemos un protocolo de trabajo frente al estrés térmico que nos permita evitar el riesgo de sufrir un colapso o no. Y si no lo tenemos, hacer lo que procede, que es solicitarlo a nuestro empleador. Una persona normal y completa entenderá perfectamente la necesidad de corregir la situación, aunque sólo sea para no verse en el juzgado en caso de accidente. Si nuestro empleador es de estos que hemos detallado al principio, comentador de sandeces en internet o establecimientos de ocio con bebidas frescas y temperaturas por nueva normativa de 27ºC, una denuncia en Inspección de trabajo es la solución. Son anónimas.