El ajedrez es un juego táctico cuyo objetivo es asediar al rey contrario de modo que no pueda ejercer un movimiento sin que el movimiento siguiente fuera su “muerte”. No “mueren” los reyes en el ajedrez. Cuando un rey pierde, va a la caja, que suponemos será el exilio, como en la vida real. Para salvar al rey o para obtener una ventaja táctica, se puede sacrificar cualquier otra pieza, sea esta cual sea, incluso la propia reina. Como la vida misma. Ayer, esperábamos tener una reunión con la Alcaldesa, que es el rey del ajedrez municipal. La alcaldesa sabe perfectamente, porque así se lo hemos manifestado desde la mayoría sindical, que la reunión la queríamos tener con ella.

Alfonso Mendoza, a nuestro parecer y entender, nos ha ignorado al no reunir la mesa de negociación para la modificación del texto. Estaba claro que sin presencia de la alcaldesa, Alfonso Mendoza iba a recibir la misma medicina que él mismo administra. Lo primero que se debe hacer en una mesa de negociación, es indicar que ambas partes son iguales, y eso es lo que ha indicado la mayoría sindical. Los demás… ellos sabrán que han hecho para que se pretenda que los demás íbamos a asistir a una reunión así. Ayer, la Alcaldesa sacrificó una pieza. No fue un sacrificio para obtener una ventaja estratégica, sino que fue un movimiento para intentar zafarse del movimiento de la mayoría sindical. El sacrificio de una pieza (ella sabrá si era peón, alfil o reina) para zafarse del primer jaque. No somos tan pretenciosos como para pensar que nuestro juego vaya a producir un mate, pero la constancia puede hacer que provoquemos innumerables jaques… comienza el juego en el tablero de la ciudad.

En CGT, todas piezas valen lo mismo. Esa es la regla rara de este juego. No hay un rey a quien agradar ni a quien defender, pero sobre todo… no es un rey quien decide. Todas las piezas pueden ser rey. Sólo es necesario decidirlo así. Tampoco tiene que llegar al terreno contrario. Puede ser rey en cualquier lugar del tablero y en cualquier momento. Va a ser un ajedrez raro este.