LECCION DE HUMANIDAD TRAS LA VISITA REALIZADA POR LA SECCION SINDICAL DE CGT AL CAMPO DE CONCENTRACION DE GURS
El sábado organizamos desde la sección sindical de CGT en el ayuntamiento una excursión para visitar un campo de concentración situado en los pirineos franceses, concretamente en Gurs, un pueblecito cercano a Oloron Saint-Marie.
La visita fue realizada con la ayuda y la guía de expertos en el tema, como Mylene Lacoste y Raymond Villalba, de la Asociación Terre de memoire (s) et de Luttes. A su desinteresada e inestimable colaboración y acogida, CGT contribuimos aportando un pequeño presente. Una cajica de madera con la imagen de Durruti y una célebre frase pirograbadas, fragmento de una entrevista del periodista Van Passen, en septiembre de 1936. “Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones y ese mundo está creciendo en este instante.”… Dentro de la cajica, la bandera del primer gobierno autónomo de Aragón, el Consejo Regional de Defensa de Aragón y quizá el único con cargos no profesionales y sin sueldos de políticos. Además un pequeño texto donde se explica lo que fue este gobierno y como desapareció a manos de los títeres de Stalin en España. “Los obreros son usados por Stalin como fichas en un tablero de ajedrez” (Tierra y Libertad de Ken Loach).
Decir que fue un día lleno de sensaciones es decir poco.
Emocionados con el testimonio en primera persona de Raymond (sus padres se conocieron estando internados en el campo)
El enfado, la lágrimas y los sentimientos de han mezclado en un recuerdo de los españoles y españolas que junto con “presos” de más de cincuenta nacionalidades vivieron años de guerras en los campos de concentración de Gurs.
Algunos escaparon para unirse a la legión extranjera o la resistencia francesa, otros fueron llevados a Mauthausen donde fueron asesinados y otros y otras, que consiguiendo sobrevivir, lograron incluso liberar el campo antes de que las tropas aliadas llegarán.
Cuando una visita enseña, en tres horas, la historia de años de sufrimiento de tantas y tantos anarquistas, comunistas, brigadistas, republicanos y antifascistas, se encoge nuestro corazón, y nos reafirma en que esto, que desgraciadamente está pasando, de nuevo, en nuestra Europa, no debería pasar jamás.
Campos de concentración para quien huye, campos de exterminio para quien molesta, odio, racismo, fascismo, nacional sindicalismo , nacional socialismo…son los padres de los que ahora ensucian nuestras mentes, con sus cantos de ensalzamiento de los nacionalismos, de las patrias, de lo mío primero, como si el nacer en un lugar nos diera pedigrí para el odio. Son los padres de una nueva generación que solo sueña con populismos y fascismos más o menos camuflados, y lo peor, que consiguen engañar a mucho obrero de miras cortas.
CGT es de apoyos mutuos, de solidaridad, de internacionalismos, de utopías realizables, de sueños alcanzables, donde presida la armonía, la hermandad y el compañerismo, entre toda la raza humana.
Por eso el viaje del sábado nos sentó tan bien aunque con nuestros ojos encharcados.
Vimos en primera mano por qué de nuestras proclamas cuando decimos:
¡Fuera fascismos! ¡No pasaran!