VIVIR EN LA TIERRA MEDIA.
Comentaba el otro día en una instalación que visité, que una de las cosas que pasan en el Ayuntamiento y en el resto de la sociedad, es la idea que subyace que no todas las personas somos iguales. Me decía mi interlocutora, que no, que somos todos personas. Y tenía razón. Cuando las personas negras y blancas tenían retretes separados en EEUU hace unos años, sólo percibían agravio en la medida las personas negras. Las personas blancas, consideraban la integración de las personas negras suficiente porque ellas tenían retrete también. La diferencia es que estaban separados porque quien tenía poder de decisión y que eran sólo las personas blancas, consideraban que aunque las personas negras tenían derecho a ir al baño, el derecho no implicaba entrar en el de las personas blancas. Es decir, que subyace una percepción que hace pensar, que “lo que vale para otra persona, no es suficiente para mí”, y básicamente es el principio que rige las sociedades autoritarias tanto capitalistas como comunistas. Como ya escribiera Orwell, “Todos los animales son iguales pero algunos animales son más iguales que otros”
Pues eso mismo pasa en este Ayuntamiento. Yo trabajo en el Servicio de Instalaciones Deportivas. El relato hace referencia a deportes como recurso para contar la historia, pero como delegado sé que esta situación es extensiva al resto del Ayuntamiento, con lo que lo escrito aquí no es exclusivo de él. Es más, es extensivo al resto de nuestra sociedad. Hecha la aclaración, lo usaré como herramienta de comparación únicamente a los efectos que tiene la descarga de la prestación de un servicio en el colectivo de menor categoría por la simple cuestión de ser ese colectivo quien abre la puerta o quien ejecuta las instrucciones en último lugar. Deportes, museos, colegios, centros cívicos, brigadas de conservación de infraestructuras, cementerio… La prestación de servicios hace que quien está al final de la cadena, tenga una valoración como persona que es diferente a la de otras. Incluso la de su familia entera, ya que sus obligaciones generalmente, son consideradas por la superioridad prioritarias sobre la vida privada.
Como vemos en la foto de la portada, hay un grupo retratado donde todo son personas. Hay elfos, que son inmortales y que gozan por lo tanto de un estatus especial. Los elfos, en mi símil, estarían en el Servicio. Hay también un mago, que se encarga de los temas sobrenaturales. Yo recuerdo que en Deportes tuvimos un mago que con sus matemáticas especiales administraba una suerte de hechizo que hacía parecer que a pesar de tener una plantilla cada vez más disminuída los servicios se prestaban igual.
Luego están los hombres, que habitando en las diferentes instalaciones hacen las funciones delegadas por los elfos administrando los hechizos de los magos. Pero ellos son mortales, y al tocarles solventar la apertura o prestación del servicio, están sujetos a más imprevistos. A veces pueden llegar a recibir llamadas fuera de su horario de trabajo, pero al ser más parecidos a los elfos, disponen de un teléfono de la empresa. Con ellos, comparten morada los enanos y hobbits, que aunque personas, son más chiquiticos, hecho este indudable y en el que están de acuerdo todos los otros tipos de personas más altas. Cada uno en su función, que es innegablemente diferente, pero además de eso, diferentes como personas. Sólo considerando que somos diferentes como personas, se encuentra explicación a mis dudas. Porque parto de la base que nadie administra a otra persona lo que a él mismo no le gusta si realmente piensa que es el prójimo es igual.
Hace tiempo, se estableció una Guardia de Verano para Técnicos como existen en otros servicios. Consistía en quedarse en casa (aunque sabemos que en algunos servicios ni esto se cumple) por la tarde con un teléfono para atender las llamadas que pudieran surgir. Estaba retribuída con 400 euros además de no tener que trabajar por la mañana las últimas veces. Desde CGT se sugirió que esa cantidad es lo mismo aproximadamente que lo que establecía el pacto convenio en concepto de turnicidad anual. Puesto que eso es lo que se pagaba reivindicábamos que si lo que el técnico cobraba ya se establecía como cantidad anual para trabajar a turnos y durante todo el año, fuese eso lo que efectivamente hiciese, de modo que siempre hubiese una persona con capacidad decisoria en el Servicio para atender lo que surgiese en las instalaciones durante las tardes. Ante semejante propuesta, se prefirió suprimirla desde el Servicio.
Esto indica claramente, que lo que parece justo para la oficialía por la turnicidad anual, no lo era para un técnico. De hecho, ese precio por el cual el técnico no podía hacer tardes 20 días al año (a eso salían repartidas), en el caso de las personas que actualmente han de ir por las tardes todo el año, es incluso demasiado, y por ello, ha de ser aumentado con más adornos. Podrá ser llamado a su casa, al teléfono particular (los hobbits y enanos no reciben teléfonos de manos de los elfos) y su descanso merecido, (o al menos tan merecido como el de los hombres o los elfos) puede ser suspendido y por extensión, obligado a ir a trabajar.
Vamos a aclarar una vez más, que lo relatado es extensible a todo el ayuntamiento en general porque a estas alturas algunos servicios ya se han puesto de perfil, pensando que lo que ocurre en deportes sólo ocurre allí. En un momento en el que hemos visto como las retribuciones de elfos y hombres se ven incrementadas, lo que ven incrementados los hobbits y enanos son arbitrariedades en sus turnos de trabajo que llegan incluso a cuadrantes que no cumplen con el mínimo imprescindible recogido en convenio. Por una cantidad que un día se consideró suficiente únicamente para satisfacer la atención de un teléfono móvil durante las tardes de una semana, se pretende que otro, además de estar sujeto a turnicidad todo el año, pierda su derecho a la intimidad y la vida familiar puesto que se le puede llamar a su teléfono móvil para cambiar su fiesta por trabajo de forma unilateral. Si existen guardias de este tipo en algún servicio hoy, es porque no se ha planteado que lo que pretenden llamar guardia, es de hecho una turnicidad, pero que eso sólo es para quienes están a pie de calle.
Llegados a este punto… ¿Somos personas iguales con diferentes empleos o somos personas diferentes como los habitantes de la Tierra Media?